Hoy vamos a poner la lupa sobre un aspecto esencial en el comercio internacional, la logística. En estos momentos delicados, la logística internacional está suscitando muchas preguntas en diversos colectivos, tanto entre las empresas exportadoras como en las familias. ¿Cómo lo hacen para abastecerse ahora las empresas? ¿Debo preocuparme por encontrar supermercados desabastecidos? ¿Cómo se resuelven las importaciones que estaban en curso en países que han cerrado sus fronteras o han parado la producción de sus fábricas?
En el contexto del avance y propagación del COVID19 uno de los primeros desafíos es proteger el contagio entre el sector de los transportistas. Una gran parte de la población mundial está confinada en sus casas mientras los transportistas se han convertido en un figura esencial para el abastecimiento de las familias y las empresas. Este colectivo se queja de las pocas medidas que se han tomado desde los Gobiernos para prever posibles contagios en el sector, reclaman más medidas de seguridad y material sanitario como mascarillas y guantes. Han surgido amenazas de huelga si no se soluciona el problema con efectividad. CC.OO, UGT y UNO incluso han redactado una guía de prevención de contagio específica para los trabajadores del sector de la logística.
Hasta la fecha, La República Popular de China ha sido el primer país con contagios y medidas contundentes que han paralizado la producción de la “fabrica del mundo”. La congelación de las plantas de manufacturación chinas ha mermado la capacidad productiva en todo el mundo, cancelando y retrasando entregas de mercancías y componentes para miles de empresas alrededor del mundo. Las restricciones logísticas en los canales aéreos y la reducción de estibadores y conductores en el gigante asiático han aumentado los tiempos de tránsito, aumentando los desequilibrios en las cadenas de producción y de abastecimiento de todo el mundo, situación que se está extendiendo en el resto del globo a través del avance del coronavirus.
En Europa algunos países han decidido aumentar los controles a productos importados, como hemos podido ver en la frontera entre Austria e Italia. En España no estamos exentos de dificultades, durante las últimas semanas hemos visto cómo los puertos de Valencia o Barcelona se veían obligados a cancelar escalas provenientes de todo el mundo.
A día de hoy China acaba de decretar el fin del confinamiento en casi todas las regiones del país que ha parado el mismo durante casi tres meses: las fábricas están volviendo a la normalidad, las mercancías salen de los almacenes y los buques comienzan a zarpar. Aeropuertos como el de Hong Kong o algunos de Corea del Sur han surgido como alternativa más segura a los puertos y aeropuertos chinos que han sido congelados durante semanas.
El gobierno Chino ha comenzado a expedir certificados de fuerza mayor para proteger a sus empresas de las contingencias que han podido surgir a raíz de las demoras en las entregas. Los expertos recaban en la importancia de los contratos de compraventa y de la necesidad de plasmar las responsabilidades de los vendedores y los compradores y nos advierten de que la fuerza mayor no siempre es revocable ante un Tribunal.
A pesar del gran impacto que está generando esta crisis en el sector, completamente dependiente de la salud de los fabricantes, diferentes organismos vaticinan una pronta recuperación del sector logístico, a la espera de las nuevas acciones políticas.